domingo, 28 de agosto de 2011

No volverán


Las balas pasan rozando nuestras cabezas, la muerte nos rodea expectante. Aquí, en el fin del mundo, en el centro del huracán, la vida de nuestros compañeros se escurre entre nuestros dedos, su sangre impregna nuestra ropa, sólo un cuerpo inerte es lo que queda de aquellos camaradas que alguna vez fueron personas alegres y vivarachas, sólo queda el dolor de su pérdida marcado en  nuestras cabezas, cabezas ahora endurecidas después de ver a tantos caer, ahora vacía de sentimientos, pues quien se deja embaucar por las emociones en la guerra únicamente consigue abrazar a la Muerte con más fuerza y rapidez. Ellos nunca volverán a casa, ellos nunca volverán…
Observamos la matanza con ojos vacíos, pero no podemos tener miedo, no debemos… Lo único que nos queda ahora  es levantarse y luchar, luchar por nuestro país, luchar por los nuestros, luchar…¿por qué?... La mayoría somos jóvenes asustados que fueron enviados por necesidad, ¿pero acaso sabíamos lo que nos esperaba? ¿Acaso la mente de cualquier persona está capacitada para esto? El único instinto que nos mueve es el de supervivencia, y la supervivencia en la guerra solamente se consigue eliminando al enemigo… Nos hemos convertido en monstruos sedientos de sangre, que ni siquiera se inmutan al ver gente morir a su alrededor o al tener que matar a una madre enfrente de su hijo…
Las pesadillas nos atormentan por la noche, y se hacen realidad a la luz del día… Sólo queremos que esto acabe… sólo queremos que se nos perdone… pero antes de poder redimirnos, tenemos que caminar un largo trecho entre las tinieblas hasta alcanzar nuestros objetivos… la muerte parece un camino mucho más cómodo.

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