domingo, 25 de marzo de 2012

Joe

El tiempo pasaba lentamente en la pesada oscuridad que envolvía el lugar. En el escaso cobijo que ofrecían dos arbustos se resguardaban dos inocentes criaturas, dos niños que hace poco aprendieron a andar, dos niños que no sabían lo que era el peligro. Pero en este momento sus corazones palpitaban rabiosos, su piel se erizó, sus manos temblaron... y supieron lo que era el miedo.
Alrededor del triste refugio reinaba el caos, todos corrían, todos gritaban. Algo les perseguía… algo nefasto, algo cruel, algo despojado de compasión  hacía ya mucho tiempo.

El tiempo pasaba lentamente en ese inútil escondite... esperar con miedo puede hacerse eterno. Los niños creían que habían estado llorando años, pero todo paso en cuestión de minutos... un chasquido procedente del otro lado del arbusto hizo que los instintos de supervivencia de los niños movieran sus cortas piernas más rápido de lo que jamás hubieran imaginado... pero eso no bastó. Antes de darse cuenta, uno ellos cayó al suelo con el cuello ensangrentado y los ojos en blanco. El otro, al darse cuenta de esto, intentó tirar de su compañero, arrastrando su cuerpo con toda la fuerza que pudo, pero eso sólo sirvió para retrasarle, y pronto se encontró con su perseguidor cara a cara... BANG!

"Hace un gran día para cazar conejos, verdad Joe?"